La joven escritoraJosefa Valentina Tello Alfaro, (15), tiene varios proyectos literarios, ya tiene avanzado el segundo libro. Recomendó que jóvenes como ella no dejen de creer y ni dejen de crear, y que los sueños son para hacerlos realidad porque siempre es posible.
En la Biblioteca Pública de Arica se realizó el lanzamiento de la novela de 213 páginas “Escasez de Chocolate”, editorial CHIADO. La autora es la ariqueña Josefa Valentina Tello Alfaro, (15) alumna de tercero medio del colegio Ford College.
La ceremonia de lanzamiento fue toda una puesta en escena juvenil con el tema de una grave enfermedad contagiosa que afecta a la sociedad contemporánea, la angustia y la falta de amor, y como describió Ricardo Pérez, director regional de la DIBAM, encargado de presentar la novela “corresponde a un testimonio de la juventud respecto al mundo que les estamos dejando”.
La sala se colmó de jóvenes, profesores, amigos, familiares y público en general. Estuvo el alcalde Gerardo Espíndola, el director y profesores del colegio donde estudia Josefa, la acompañaron sus padres Carlos Tello profesor de la Escuela Gabriela Mistral y su madre Sandra Alfaro profesora de la Escuela Israel.
Josefa Valentina, estuvo casi dos años dedicada a escribir su novela juvenil de 27 capítulos cortos, llenos de talento juvenil, manejo de diálogos y frescuras en los textos. Es su primera novela y anuncia nuevos proyectos.
La editorial europea aceptó su propuesta y la novela ya está editada y está a la venta en librerías nacionales y extranjeras.
Instantes antes de empezar la ceremonia de lanzamiento, la adolescente entregó su testimonio: “Estoy ansiosa de dar a conocer mi libro y por el hecho de tener físicamente la obra, producida por una editorial de prestigio mundial, y es reconfortante participar en el lanzamiento con tantas personas, siento que se valora mi trabajo. Vi un documental que anunció el fin del chocolate, imaginé que pasaría si el chocolate desaparece, me pasaron las cortezas del cerebro y formulé la idea de una enfermedad depresiva y que el chocolate la curaba. Cree mis personajes, mis borradores, y con un esqueleto, comencé a escribir la historia, investigué, y pulí mucho el texto y lo convertí en una buena historia que la mantuve en secreto hasta que la di a conocer y hoy es una hermosa realidad”.
