En una jornada marcada por el ambiente familiar, la comunidad ariqueña repletó el histórico recinto para entonar villancicos junto al elenco universitario, que se lució con su interpretación, en vísperas de la Navidad.
Una atmósfera de profunda unión y tradición se vivió la noche de este sábado en el corazón de la ciudad de Arica. La Catedral San Marcos se hizo pequeña ante la masiva respuesta del público ariqueño, que llegó en familia para ser parte del tradicional Concierto de Navidad organizado por la Universidad de Tarapacá, a través de la Dirección General de Vinculación con el Medio.
Lo que comenzó como una presentación solemne del Ensamble de Cuerdas y el Coro universitario, derivó rápidamente en un concierto colectivo. La arquitectura patrimonial del recinto jugó un rol clave, generando una acústica envolvente que potenció cada nota interpretada. Bajo la dirección del profesor Miguel Platero Galarce, los asistentes se transformaron en protagonistas, no solo corearon clásicos como «Noche de Paz» y «Jingle Bells», sino que se hicieron parte del espectáculo alzando sus celulares durante la última presentación creando una postal inolvidable de comunión en el monumento nacional.
La actividad permitió congregar a distintas generaciones, desde adultos mayores hasta niños que disfrutaron de la magia de la música en vivo. Este evento navideño reafirmó la vocación por parte de cada integrante del Coro y Ensamble de Cuerdas de la Casa de Estudios, entregando espectáculos de excelencia que no solo se observan, sino que se viven en comunidad.
En esa línea, Constanza Rubilar, estudiante de quinto año de Pedagogía en Biología y Ciencias Naturales de la UTA, valoró la oportunidad que brinda la Universidad para equilibrar la formación académica con el desarrollo artístico, permitiendo a los jóvenes talentos retomar sus pasiones.
“Toco violín desde los ocho años y lo había dejado hace siete, entonces poder reconectar con el instrumento me ha ayudado mucho en este proceso de inserción al mundo adulto. Que la universidad brinde estos espacios es fundamental para motivar a que estas instancias se sigan dando. Arica tiene muchos exponentes musicales que pueden llegar muy lejos, y es importante darles un lugar para que puedan brillar”.
Por su parte, el profesor Miguel Platero Galarce, director del Coro y Ensamble, se refirió a la atmósfera única que se vivió durante la velada, destacando la profunda conexión emocional que se logró con el público al transformar el concierto en una experiencia participativa.
‘’Fue un concierto mágico (…) eso caló profundo en la gente, generó un ambiente verdaderamente mágico y al finalizar, la propuesta fue hacerlos cantar a todos. Y eso fue lo más bonito, porque lo más importante de estas fechas es el verdadero significado que tiene la Navidad y cantar Noche de paz en conjunto con la Catedral repleta, fue maravilloso. Así que espero que quienes escuchen este relato no se pierdan el próximo concierto porque yo creo que va a ser igual de emotivo y maravilloso’’.
Finalmente, el público presente también quiso expresar su satisfacción, valorando especialmente la apertura de la Casa de Estudios Superiores hacia la ciudadanía. Los asistentes destacaron la iniciativa de integrar a vecinos y cantantes de la comunidad dentro del mismo elenco coral, permitiendo una participación transversal. Así lo comentó una de las asistentes.
“Excelente, todo muy bonito. Me gustó que incluyeron a no solamente gente de la universidad, sino que invitaron a la gente que quisiera unirse al coro y me lo encontré genial”, expresó Aida.
La jornada finalizó con una gran ovación para los músicos estudiantes y miembros de la comunidad que componen los elencos, cerrando una noche donde la Universidad de Tarapacá y la ciudadanía se unieron en una sola voz para sentir el espíritu de las fiestas de fin de año.

