- Desde el muelle de Corpesca zarpó este lunes el crucero estacional bio oceanográfico liderado por investigadores de la Universidad Arturo Prat para analizar la variación que ha experimentado la anchoveta, el principal recurso pesquero del norte de Chile, que según informa la Subpesca, completa cinco años en la categoría de subexplotada.
- En esta oportunidad la expedición marítima tendrá la misión adicional de prospectar los indicios de llegada del evento “El Niño”, eventual amenaza de la pesca artesanal e industrial de la zona.
El Pesquero de Alta Mar PAM “Salmón” de Corpesca, utilizado como plataforma de investigación, fue el encargado en esta ocasión de trasladar a los integrantes de la expedición de ciencia aplicada que se realiza de manera estacional cuatro veces al año, en una alianza tripartita entre la Facultad de Ciencias del Mar de la Universidad Arturo Prat, el Centro de Investigación Aplicada del Mar (CIAM) y las Compañías Pesqueras Corpesca y Camanchaca, estos últimos encargados de poner a disposición de los académicos -además de las naves- la tripulación necesaria para el correcto desarrollo del estudio en las costas del norte, desde Arica hasta el sur de Mejillones.
Según explica Cristian Azocar, uno de los investigadores de la Universidad Arturo Prat, a bordo de la nave de oportunidad, “este crucero bio oceanográfico busca analizar la variación que ha experimentado el principal recurso pesquero de la zona norte, como es la anchoveta. En estos días de estudio veremos las condiciones oceanográficas imperantes y cómo éstas impactan o benefician este recurso pesquero. Para desarrollar el estudio tomaremos muestras de temperatura, salinidad del mar, muestras de fitoplancton, zooplancton, evaluaremos larvas y huevos de anchoveta, entre otros indicadores, que nos permitirán determinar el estado actual del recurso pesquero”, expresó el investigador, quien recordó que aprovecharán la oportunidad que les entrega este crucero para obtener una evaluación de las condiciones pre llegada de El Niño “y si llegara a esta zona esta condición, podremos analizar su impacto con los datos que obtendremos en el siguiente crucero de septiembre y así contrastar”, explicó el investigador.
De Arica a Mejillones
El crucero bio oceanográfico se realiza durante una semana en la costa del norte grande, en un área comprendida desde Arica a Mejillones, con siete zonas de análisis (transectas), cada una con un total de cinco estaciones de muestreo, ubicadas a una, cinco, diez, veinte y cuarenta millas náuticas cada uno.
Las zonas de investigación oceanográficas están definidas frente a la costa de Arica, Punta Madrid, Punta Junin, Chucumata, Chipana, Tocopilla, y Mejillones.
Según explica el investigador Cristian Azocar, tras obtener las muestras el análisis tarda alrededor de dos meses en dar los resultados los que posteriormente son publicados en el sitio web del CIAM, para quedar a disposición de la comunidad científica y quien quiera analizarlos.
Nueve años de investigación aplicada
La Vicerrectora Académica de la Universidad Arturo Prat, Liliana Herrera, destacó la importancia de los cruceros de investigación que se realizan en conjunto con el CIAM desde agosto del año 2014, permitiendo contar con importantes antecedentes sobre los ciclos del océano frente a las costas de la macro zona norte.
La académica recordó que en los últimos 9 años se han realizado en forma regular cerca de 30 cruceros estacionales.
Alertas con El Niño
“Este crucero de otoño tiene una particular importancia porque ya hay una señal de calentamiento del océano en el Ecuador. En abril se detectó una anomalía de +3 grados en la temperatura del mar en una de las estaciones ecuatorianas, lo que implica estar alertas. En otras zonas la temperatura se ha mantenido en cero o ha tenido una variación neutral, por lo que es importante contar con información para saber cuál es el estado del mar en nuestras costas”, apuntó la investigadora.
Trabajo Conjunto
Respecto al convenio que permite el desarrollo de los cruceros entre el CIAM y la UNAP, la académica lo calificó como “muy valioso”, porque además de la investigación aplicada, permite el desarrollo de prácticas profesionales, entre otras actividades académicas.
“Trabajar con el CIAM es importante porque también tiene una connotación docente. Siempre estamos al día de lo que está ocurriendo en la costa de nuestra región, sabemos qué es lo que está pasando en el océano. Pero sin duda, lo más trascendente es que podemos compartir información valiosa, porque el CIAM también tiene sus estaciones costeras, cuyos datos son importantes en todas las investigaciones”, explicó Herrera.
Corpesca
Para José Luis Cornejo, capitán de la embarcación de Pesquera Corpesca, a cargo del traslado de los científicos, este tipo de expediciones son muy provechosas, “porque entregan parámetros que son útiles para conocer mejor las zonas de pesca y adelantarnos a las condiciones oceanográficas que se van dando”, expresó, recordando además que estas investigaciones dan la posibilidad de conocer anticipadamente las potenciales amenazas para la pesca, como lo es la corriente El Niño. “Es complicado para nosotros la llegada de El Niño, porque según la intensidad con que llegue, el mar aumenta su temperatura y la anchoveta se traslada de zona o se va a las profundidades en busca de temperaturas más bajas y eso es una gran amenaza para la pesca artesanal e industrial”, sentencia José Luis Cornejo.
