Gerente general de TPV, empresa ariqueña especialista en soldadura, maestranza y maquinarias
Teobaldo Pastene lleva más de 50 años dedicado al mundo de la soldadura y la maestranza para las empresas de Arica, donde ha sido testigo de los cambios y la evolución tecnológica de esta industria. Actualmente presta servicios a la compañía Golden Omega, donde fabrica elementos de acero inoxidable de última generación. Gracias a su experiencia, sabe tanto de fierros como de lenguados.
Con más de medio siglo vinculado al trabajo en el sector metal-mecánico, Teobaldo Pastene es el especialista en soldadura, tornería, maestranza y maquinarias más conocido entre las empresas de Arica. A sus jóvenes 15 años comenzó como ayudante de soldador para labores en empresas pesqueras, y hoy, a sus 65, es requerido por múltiples compañías para diversos trabajos altamente especializados.
“Teo”, como es conocido en el mundo industrial, llegó desde Caldera a la Población Juan Noé de Arica cuando tenía 13 años, y luego su familia se trasladó a la entonces “Población Venceremos”, actual Cardenal Silva Henríquez, donde vive hasta hoy. En todo este tiempo Pastene se ha ido especializando cada vez más, y ha sido testigo directo de los cambios tecnológicos que ha experimentado este sector.
Gracias al constante aprendizaje y a un espíritu emprendedor, “Teo” actualmente es gerente general de su propia empresa, TPV, donde con él son 27 trabajadores. “Yo me considero un maestro más, estoy en terreno y ponemos el hombro todos juntos”, explica Pastene, ex soldador de primera y formador de muchos soldadores ariqueños que hoy desarrollan este oficio.
Como ejemplo de su alta especialización, con la empresa TPV Teobaldo presta servicios a la compañía ariqueña Golden Omega, donde fabrica elementos de acero inoxidable de última generación. “Tuvimos que aprender y profesionalizarnos mucho, porque eran materiales certificados que hasta entonces acá no se producían”, detalla Pastene. “Ha sido un enorme desafío, pero al mismo tiempo hemos crecido mucho gracias a Golden Omega”, comenta el emprendedor.
Pero la sabiduría de Teo no se limita sólo al mundo de los fierros. Así como medio siglo de trabajo duro le enseñaron los secretos del metal, toda una vida junto al mar lo han pulido en el difícil arte de la pesca. “Es la mejor terapia para desestresarse, aunque no saques ningún pescado”, asegura con modestia.
Luego de escuchar las enseñanzas de pescadores más antiguos y aprender a mirar el mar, Teo adquirió la sensibilidad y el sexto sentido para saber dónde picará. Con ese valioso conocimiento, todos los sábados a las 6 de la mañana sale junto a los miembros de su Club de Pesca “Ferpas” a recorrer las playas de Arica en busca de lenguados.
“Al lenguado hay que tirarle con pejerrey, y al pejerrey se le tira con piure”, confiesa Pastene, quien al igual como le enseñó a nuevos soldadores, también es generoso al compartir los secretos que ha acumulado en su basta carrera como pescador.
