martes, octubre 15, 2024

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Instalan Bandas Florales en Predios Agrícolas para  Impulsar la Conservación del Picaflor de Arica

 

  • Iniciativa favorece la utilización de plantas y arbustos nativos como controladores biológicos y así evita el uso de plaguicidas agrícolas nocivos para el ciclo de vida del Picaflor de Arica, que a la fecha contabiliza solo 493 individuos, por lo que se encuentra en peligro crítico de extinción.

                                                                                                                                            

Sensibilizar a los agricultores y agricultoras para que contribuyan a la conservación del Picaflor de Arica (Eulidia yarrellii) a través de la instalación de pasillos de flores y plantas que están asociadas al ciclo de vida de esta especie que se encuentra en peligro crítico de extinción, es el principal objetivo del “Piloto Experimental Demostrativo de Prácticas Agroecológicas, Bandas Florales” que se está implementando en el Valle de Azapa de la Región de Arica y Parinacota.

El proyecto forma parte de la Iniciativa de Conservación de Especies Amenazadas Picaflor de Arica ejecutada por el Ministerio del Medio Ambiente, implementada por la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, FAO, y financiada por el Fondo Mundial para el Medio Ambiente, GEF.

PELIGRO CRÍTICO DE EXTINCIÓN

Según explicó Paula Arévalo, coordinadora técnica en Arica de la Iniciativa MMA/FAO/GEF, las “bandas florales” consisten en la instalación de flores, plantas, árboles y arbustos nativos y exóticos no invasores, donde se desarrollan los controladores biológicos, es decir, insectos que mantienen controlada la población de plagas de manera natural, ayudando a disminuir el uso de pesticidas.

“Las bandas florales o pasillos de flores están formadas por múltiples especies vegetales que tienen distintas funciones. Algunas son hospedajes de controladores biológicos, como chinitas, crisopas,  moscas, avispas o micro bichos; otras cumplen la función de plantas trampa, especialmente con la mosquita blanca y otras favorecen el hábitat de polinizadores naturales como el Picaflor de Arica”, detalló.

La profesional enfatizó que el trabajo en terreno con la comunidad es fundamental, sobre todo considerando que según las cifras que maneja FAO, “hasta 2017 se habían contabilizados solo 493 individuos de la especie Picaflor de Arica en este territorio, los que se concentran en los valle de Chaca y Vítor en Arica, y en diferentes localidades de la comuna de Camarones”.

PILOTOS FLORALES

Actualmente, el “Piloto Experimental Demostrativo de Prácticas Agroecológicas – Bandas Florales” tiene dos experiencias exitosas funcionando, con más de 150 flores y 50 árboles plantados, y proyecta implementar tres proyectos más dentro del Valle de Azapa.

De acuerdo con la extensionista Rocío Salas, responsable técnico y administrativa de estas unidades experimentales, este piloto tiene una enorme utilidad para los y las agricultoras, “porque son alternativas al uso de pesticidas y así favorecen la conservación del picaflor que, al ser tan pequeño, puede verse afectado por los químicos cuando revolotea buscando alimento, envenenarse con pesticidas pegados a su cuerpo o perder a sus crías, sus huevos y sus nidos durante la aplicación de estos productos”.

Finalmente, Paula Arévalo relevó las alianzas público-privadas que se han generado a partir del trabajo de conservación del Picaflor de Arica y que, para este piloto en particular, contó con la colaboración de los usuarios y usuarias del Instituto de Desarrollo Agropecuario, INDAP.

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