Lucas Valter llegó como voluntario a la ciudad y descubrió el Cecrea: “Abre el mundo a los jóvenes como yo. Por ejemplo, antes no pensaba en escribir libros y ahora sé que sí puedo. Nos da el espacio para experimentar muchas de las cosas que, lamentablemente, en nuestro mundo tienen muy poco espacio”.
“Elegí Chile porque era un país largo”, eso fue lo que le llamó la atención a Lucas Valter Abós, un joven alemán de 18 años, cuando tuvo que escoger el lugar donde haría su voluntariado durante un año.
Lucas es de Colonia, una ciudad que se encuentra en Alemania, su madre es oriunda de España y fue gracias a ella que aprendió a hablar en español desde muy temprana edad.
Con el interés de mejorar su español, de conocer otros lugares y aprender sobre otras culturas, Lucas postuló a AFS Intercultural Programs, que es una red global que da oportunidades de aprendizaje intercultural a las personas realizando intercambios internacionales, iniciativas educativas, voluntariado y defensa, con el objetivo de desarrollar el conocimiento, las habilidades y la comprensión necesarios para crear un mundo más justo y pacífico.
A Arica llegó sólo por casualidad. “Yo no elegí Arica, eso lo hizo la organización que me trajo y por la familia chilena que me acogió”, explicó el joven alemán que ya lleva siete meses en la ciudad.
¿Qué pensaste cuando conociste Arica?
“Cuando llegué lo primero que pensé es que se parecía a Badajoz, que es la ciudad de España donde viven mis abuelos. El clima es muy parecido y las casas también. Al principio, no me gustó mucho, yo creo que Arica, a primera vista, no es una ciudad tan linda, y tampoco soy mucho de playa… o era, porque ahora sí que me gusta. Pero después de estar una semana acá, me di cuenta de que es una ciudad donde uno tiene que meterse para disfrutarla. Y no es difícil enamorarse de Arica, porque hay muchos espacios artísticos, muchísimos centros culturales que a mí me han ayudado mucho. Es una ciudad súper linda y estoy muy feliz de estar acá”.
Lucas trabaja como voluntario en el colegio Mosaicos. Es inspector de patio y hace clases de piano. Primero conoció el centro MB2 donde participa activamente y fue allí cuando vio un anuncio de un Laboratorio de Creación de libros que se realizaría en Cecrea.
“A mí me encanta leer, me encanta escribir historias cortas, me encanta escribir poemas y pensé que un taller de creación de libros sería algo hermoso que me gustaría aprender. Los Laboratorios Creativos son súper originales, no se encuentran así fácilmente. Cecrea nos abre el mundo a los jóvenes como yo. Por ejemplo, antes no pensaba en escribir libros y ahora sé que sí puedo. Nos da el espacio para experimentar muchas de las cosas que, lamentablemente, en nuestro mundo tienen muy poco espacio”.
¿Qué sueñas hacer en el futuro?
“Aprender y crecer como persona, como parte de una familia y como parte de la comunidad. Entender los problemas políticos y actuar, para seguir adelante como humanidad, y no me refiero a eso de: “necesitamos más innovación y más tecnología y más desarrollo”, sino que yo me refiero a mejorar, avanzar con respecto a la felicidad, a calidad de vida y libertad de expresión. Así que espero encontrar algún camino para desenvolver esas inquietudes que siento en mí”.
Lucas estará en Arica hasta agosto de este año y, sin duda, su paso por el norte de Chile marcará su vida, ya que son muchos los aprendizajes y conocimientos que lo acompañarán para siempre después de esta experiencia.
¿Qué vas a estudiar en la universidad cuando vuelvas a casa?
Me gusta la física, la matemática, seguramente voy a estudiar eso y, bueno, voy a ver lo que pasa…