La jornada contó con una alta participación de representantes de capillas, parroquias y movimientos, quienes analizaron sus fortalezas y debilidades pastorales.
Evaluar la realidad de cada parroquia, capilla o comunidad, mediante el modelo FODA que reúne fortalezas, oportunidades, debilidades y amenazas fue el propósito de la segunda Asamblea Diocesana 2023 de la Diócesis de San Marcos de Arica.
La jornada contó con una masiva y activa participación de miembros de la iglesia católica en Arica, quienes compartieron sus experiencias y analizaron el trabajo a seguir a partir de las Orientaciones Pastorales que los acompañarán hasta el año 2026.
“Como diócesis celebramos en el año tres asambleas y esta fue la segunda. El objetivo es practicar la comunión, el encontrarnos, el hacer iglesia viva que camina junta en un ambiente de sínodo que es el que estamos viviendo como iglesia universal. Quisimos poner en común lo que cada uno va viviendo, y proyectar el futuro, hacernos cargo de la vida pastoral y de la evangelización en la región”, dijo el obispo de Arica, Moisés Atisha.
En ese sentido, explicó que las Orientaciones Pastorales de la diócesis se dieron a conocer en la primera asamblea, realizada en marzo. “Cada parroquia durante lo que queda de este año puede ir haciendo su proceso de aterrizar las orientaciones a su propia realidad, de manera que no se queden en un documento abstracto, si no que pueda responder a las necesidades pastorales de cada una de las comunidades que tenemos en Arica”.
Mauricio Valenzuela, miembro del equipo diocesano de pastoral, comentó que en la asamblea se trabajó con un ejercicio de discernimiento que partió por constatar la realidad de cada comunidad. A partir de eso, se trabajó con el clásico FODA. “Fue un ejercicio introspectivo, pero que también tiene que ver con la situación en la que nos encontramos y miramos al mundo para ver qué nos influye, hacia dónde vamos y a qué estamos expuestos. Nos miramos para poder reconocernos fuertes y débiles”, dijo.
Marcelo Vildoso, profesor de Religión de la Escuela República de Israel, sostuvo que el hecho de encontrarse con gente de diferentes parroquias y movimientos, compartir hacia dónde apuntan las indicaciones de la Iglesia y trabajar en las fortalezas y debilidades es positivo para avanzar. “Vemos muchas realidades, cada colegio está inserto en un sector y como profesores tenemos que educar a nuestros niños en el respeto y en el amor que nos da Dios. El poder compartir con otros nos ayuda a aterrizar este ejercicio que es la enseñanza en la fe”.
Por su parte, Vilma Flores, coordinadora de la capilla Peregrinos de Emaús y del Instituto Católico Chileno de Migración (Incami), manifestó que la asamblea representa “la instancia en la que nos podemos reunir con todos los consejos de las parroquias, capillas y movimientos de la diócesis, compartimos y discutimos experiencias, además de enterarnos de las novedades que nuestro pastor nos quiere decir”.