Un atractivo y singular evento, basado en el uso de energías limpias, también en la radiación solar que abunda en el desierto más árido del mundo y sustentado principalmente en la desbordante creatividad de los estudiantes de primer año de la Escuela de Ingeniería Mecánica de la UTA, tuvo lugar este fin de semana en el moderno edificio de esa escuela universitaria, la Eudim, en el campus Saucache, cuando ya celebran 50 años desde su creación.
Cerca de 40 jóvenes estudiantes de ambos sexos, pertenecientes al curso ‘Introducción a la Ingeniería’, dictado por el académico Eduardo Gálvez y ataviados con sus más elegantes trajes, vestidos y tacos altos, dieron rienda suelta a su expresividad creativa, presentando en sociedad el fruto de su intelecto, una serie de cocinas solares, en base a hornos y concentradores solares, que alcanzan hasta los 130 grados, para cocinar todo tipo de alimentos, en condiciones extremas.
De las más diversas formas y capacidades y para ser utilizados en cualquier rincón soleado de nuestra región, los atractivos modelos de cocinas fueron exhibidos, aplaudidos y evaluados, tras un mes y medio de trabajo, buscando reflejar el espíritu de la escuela, con el cuidado del medio ambiente y con su aporte a la comunidad, a través del uso de las energías limpias.
“Se trata de una aplicación muy difundida, para todo tipo de alimentos, sin restricción alguna, para cocinar de todo, desde empanadas y asados, en el caso de los hornos y para hervir agua y para freír huevos, en el caso de la cocinas de concentración solar directa”, señaló el académico Eduardo Gálvez.
Ellas al poder
Pero el profesor jefe del curso ‘Introducción a la Ingeniería’, también destacó la aplicación de las chicas participantes y de sus proyectos, quienes ya se habían lucido con otro emprendimiento previo de ‘Reciclado’, elaborando atractivos sillones a partir de botellas desechables, los que se pueden ver en diversos lugares del campus universitario.
“Ellas y ellos están en primer año y ya están fuertemente involucrados con el tema energético y en dar soluciones a problemas serios que existen en nuestras sociedades, como es el poco uso de las energías limpias. Y de todos, debo destacar a las mujeres que participaron enérgicamente en esta tarea. Ellas resultan siempre mucho más metódicas y más ordenadas que el resto. Este proyecto lo estamos recién evaluando, pero ellas ya sacaron el primer lugar en el primer proyecto, el de Reciclaje”, subrayó el profesor Eduardo Gálvez.
En efecto, las mujeres participantes, que también tienen cabida en Ingeniería Mecánica, tuvieron que refrenar sus ambiciones desatadas, dada la magnitud de sus proyectos, que desbordaban ciertas capacidades físicas.
“Lo único que nos costó fue encontrar el foco y el tamaño correcto, porque habíamos ideado algo de un tamaño mucho más grande del que finalmente hicimos. Pensamos en un concentrador de energía, una parábola, de unos dos metros de diámetro, del tamaño de un quitasol grande, pero por el tema del traslado y por lo delicado, tuvimos que reducirlo notoriamente”, señalaron Evelyn Choque Vilches, 19 años, Amanda Lobera, de 18 y Andrea Caffetara, también de 18 años de edad.
Todos los presentes coincidieron en intentar ser un aporte para sus comunidades, elaborando cocinas solares para lugares donde no sea fácil optar por cocinas modernas, aprovechando las energías limpias, como Marcos Yavire, de 19 años, oriundo de Pica, quien se lleva a su tierra un proyecto de cocina solar, un tema que de seguro seguirá dando que hablar, para el provecho y desarrollo de las futuras generaciones.