El gran desafío para un país que tiene más de 600 mil adultos mayores en situación de pobreza y vulnerabilidad es generar una relación de asociatividad entre el Estado, la Sociedad Civil y los sectores más necesitados. Solo trabajando colaborativamente podremos cambiar el curso de la historia y la vida de muchos. De la desesperanza a la alegría, de la soledad a la fraternidad y la justicia que trae la paz.
Así como en el siglo pasado hombres y mujeres legaron recursos para enfrentar el analfabetismo y la baja escolaridad que presentaba el país -creando fundaciones que hoy dan educación de calidad a los sectores más vulnerables-, en este siglo XXI, en que nos hemos convertido en el país que más rápido envejece en América Latina, es pertinente y urgente dar un sentido social al patrimonio, generando iniciativas que contribuyan a mejorar la calidad de vida de los adultos mayores más pobres y vulnerables del país.
En este mes de la solidaridad es oportuno también recordar las palabras de San Alberto Hurtado: “no descansen mientras haya un dolor que mitigar”. Su testimonio, que inspiró tantas obras para los desheredados de este mundo, debe iluminarnos hoy para trabajar, hacer voluntariado creativo por los que más lo necesitan. La Colecta Nacional de Fundación Las Rosas, que se llevará a cabo los días 11, 12 y 13 de agosto, es una gran oportunidad para que cada chileno piense, ore y tome una decisión de generosidad que ayude a construir espacios de envejecimiento activo y haga que nos transformemos en un país que agradece y cuida a sus mayores.
Pbro. Andrés Ariztía
Capellán de Fundación Las Rosas