En el marco del XIV Congreso Chileno de Psicología, en la Ciudad de Arica, la Red Nacional de Carreras de Psicología de las Universidades del Estado Declara: 1. Rechazamos enérgicamente el uso de todo tipo de violencia, condenando enfáticamente la criminalización y deshumanización del actual movimiento social por parte del gobierno y la violación sistemática de los derechos humanos a través de las fuerzas policiales, vulnerando incluso los derechos fundamentales de niñas y niños. Esta violencia reactualiza el trauma histórico sufrido durante la dictadura, así como también genera un conjunto de impactos negativos en la ciudadanía y en el tejido social, deteriorando el bienestar y la convivencia social. 2. Este movimiento ha venido siendo un espacio colectivo, que de modo transversal ha permitido expresar a chilenas y chilenos, de distintas generaciones, su indignación por los variados y sistemáticos atropellos a la dignidad humana, producto de las desigualdades y violencia estructural que ha afectado a parte importante de la población. Estas condiciones han generado un malestar profundo y extendido, que ha limitado el bienestar y han propiciado el incremento de problemas de salud mental y física. Estos síntomas, lejos de representar una patología individual, son manifestaciones de un orden social que ha limitado las oportunidades para el desarrollo de capacidades y potencial humano. 3. Reconocemos el derecho del movimiento social a manifestar sus sentidas y legítimas demandas, que tienen como centro recuperar y fortalecer la dignidad humana mediante un modelo social y económico que permita construir un nuevo pacto social en el país. Este movimiento ha sido construido desde la base, y es un llamado a considerar de modo protagónico la participación ciudadana en la toma de decisiones en la construcción de una nueva Constitución. Llamamos a psicólogas y psicólogos de nuestro país a seguir contribuyendo de modo activo al cambio social que impulsa este movimiento, ubicando el bienestar y la salud mental como bienes públicos intransables y el respeto a todas las personas como un valor irrenunciable. Así también, a sostener y favorecer los procesos virtuosos de solidaridad, sentido de comunidad, participación y empoderamiento de la ciudadanía que están constituyendo hoy los cimientos del nuevo Chile que todos queremos construir. A