El 2013 una empresa contratista realizaba trabajos para dotar de agua potable un sector del valle de Lluta, al norte de la ciudad de Arica. Para lograrlo, una retroexcavadora abrió un camino en lo que para ellos no era más que una pampa en medio del desierto. Sin embargo, el sector albergaba uno de los sitios arqueológicos más relevantes del valle, con cementerios, viviendas y una serie de utensilios precolombinos bajo la tierra. Pronto se dio la voz de alerta. Para remediarlo, la empresa contrató a un grupo de arqueólogos para que verifiquen los daños y estudien el sector. Es así como se descubre uno de los tesoros arqueológicos más importantes del norte de Chile, el cual esta semana se dio a conocer gracias a un libro financiado por los Fondos de Cultura que cada año entrega el Consejo de la Cultura y las Artes.
“A partir del año 1100 d.C. el valle de Lluta vivió un significativo crecimiento poblacional y económico por parte de poblaciones vinculadas a la Cultura Arica, a grupos serranos y altiplánicos. Este desarrollo, que condujo a la integración de los valles de Arica con el imperio Inca, es producto del desarrollo una agricultura eficiente adaptada a las condiciones hídricas del sector”, señaló Pablo Méndez, arqueólogo y editor del libro “Poblados Maiceros y arquitectura funeraria en el valle de Lluta”, que esta semana fue lanzado en la facultad de ciencias de la Universidad de Tarapacá.
Este trabajo, editado por Pablo Méndez y la antropóloga física Verónica Silva-Pinto, extiende un relato arqueológico sobre los períodos prehispánicos tardíos en el extremo norte de Chile, convirtiéndose en un avance importante para el conocimiento de la prehistoria del valle de Lluta. Una obra que se extiende a estudiantes, profesionales y público general interesado en las temáticas patrimoniales, proponiendo una mirada actualizada sobre la vida y muerte de los antiguos pobladores del valle de Lluta.
“Acá estamos frente a un trabajo relevante para la arqueología de nuestro país, donde se reconstruye el periodo de esplendor precolombino de uno de los principales valles de la provincia de Arica. Una publicación que demuestra cómo el ser humano ha podido adaptarse a distintas condiciones geográficas e hídricas en uno de los desiertos más secos del mundo. Un gran ejemplo de cómo los Fondos de Cultura pueden apoyar iniciativas vinculadas a la investigación arqueológica y patrimonial”, indicó José Barrza, director regional del Consejo de la Cultura.
“Poblados Maiceros y arquitectura funeraria en el valle de Lluta” fue financiado por el Consejo Nacional de la Cultura y las Artes a través del proyecto Fondart Regional, además de contar con el apoyo de dos instituciones internacionales: el Department of Archaeology de la University of Cape Town en Sudáfrica y el LABTRIP, Instituto Oswaldo Cruz FIOCRUZ en Brasil.
Finalmente, el proyecto contó con el patrocinio del Departamento de Antropología y Museo San Miguel de Azapa de la Universidad de Tarapacá.