El curso que será dictado por Aurelia Sanabria, quien perdió la audición a los 8 años de edad, es organizado por el Instituto Nacional de la Juventud INJUV y partirá el día viernes 23 de septiembre, desde las 18 horas.
El INJUV fomenta la integración de los jóvenes, y a través de su área de Asociatividad, desarrollará un taller de lengua de señas que será dictado por Aurelia Sanabria, ariqueña que perdió la audición a los 8 años de edad.
La felicidad se notaba en todas las expresiones de Sanabria, luego que INJUV de Arica y Parinacota le abriera las puertas para que desarrollará su taller de lengua de señas que parte a las 18 horas del día viernes 23 de este mes en calle 18 de septiembre Nº485.
Frente a este integrador y novedoso curso el director regional de INJUV, Samuel Pozo, explicó que “esto tiene que ver con cómo el INJUV está fortaleciendo todos los sistemas de integración en distintos ámbitos y es por eso que el poder desarrollar este taller de lengua de señas básico, de alguna forma genera una vinculación con el medio que nos permite determinarnos como un servicio inclusivo, que busca, quizás de otra forma, poder generar esta inclusión en la que estamos al debe en hartos espacios”.
“Yo golpeé muchas puertas y hasta que llegue a INJUV y el director Samuel Pozo me hizo un espacio entre sus actividades para poder programar un curso y así enseñarle a niños, jóvenes y adultos la lengua de señas que utilizamos nosotros”, afirmó Aurelia Sanabria de 34 años.
“Para mí es súper importante este curso, primero que nada porque es comunicación. Pero además sirve para quienes trabajan en los servicios públicos, hospitales y universidades; será súper beneficioso, ya que muchos sordo-mudos no acuden a los hospitales, porque no le entienden sus malestares en los recintos hospitalarios al no poder comunicarse, lo mismo sucede con los universitarios que tienen que pagar traductores para poder entender bien la clase en sus salas” explicó Aurelia Sanabria.
Agregó que “a nivel escolar tampoco el tema es muy inclusivo, se supone que en los colegios debería haber un traductor, pero no hay, y muchos niños sordo-mudos tienen que comunicarse inventando un código”.
Sanabria agradeció al INJUV por este espacio cedido y dijo que “es bueno e importante que inviertan en este lenguaje para así poder certificar a más personas en la ciudad y que estas enseñen nuestro código en la región sin necesidad de estar pagando”.