Existen problemas y desafíos urgentes que resolver que afectan el borde costero del país, debido a proyectos portuarios o inmobiliarios; escasa planificación territorial; turismo no regulado; accesos restringidos; tomas irregulares y la mala calidad del agua, afectando directamente la condición de las rompientes, de forma parcial o definitiva.
La alteración de esta riqueza natural que conforma verdaderos estadios naturales para el desarrollo de disciplinas náuticas de tablas como el deporte olímpico del surf; el bodyboard y kitesurf, entre otras, instó al senador por Arica y Parinacota, José Miguel Durana, a presentar el proyecto de ley sobre protección de las rompientes de las olas para la práctica del surf.
La iniciativa comenzó su tramitación legislativa, esta semana, en la Comisión de Medio Ambiente y Bienes Nacionales del Senado que integra el legislador ariqueño, instancia en que recalcó que la protección de las rompientes de las olas tiene una extraordinaria importancia porque tiene relación directa con el medio ambiente.
“No sólo en relación con el lugar específico de las olas aptas para la práctica del surf y otras disciplinas, sino que también involucra la necesidad de la protección de su entorno o también denominada zona adyacente, cuya extensión es variable, dependiendo las características de las olas de cada ciudad”, precisó el parlamentario.
Sostuvo que en nuestro país se realizan grandes inversiones en infraestructura para la práctica deportiva y muchas veces, nos cuesta levantar la mirada y ver los grandes estadios naturales que ofrece nuestro entorno natural para permitir que las nuevas generaciones se encuentren con el deporte y el necesario cuidado de su medio ambiente.
“Es por ello por lo que necesitamos normas que protejan los estadios naturales para la práctica del deporte. Paralelamente, las rompientes de las olas, generan una vida comunitaria y actividad económica amable con el medio ambiente, que tiene una gran importancia para las regiones del norte de nuestro país”, agregó el parlamentario.
En este mismo sentido, el senador gremialista afirmó además que las «rompientes de las olas» deben ser protegidas, en consecuencia, ante cualquier intervención que las pueda deformar, alterar su magnitud disminuyéndolas, desviar su recorrido natural o normal o ser afectadas, en los procesos que se concadenan para su formación.
“Debemos ser conscientes que el desarrollo e implementación de obras civiles, la existencia de actividades contaminantes y cualquier tipo de intervención, cuyo efecto, sobre las «rompientes de las olas» no sea debidamente ponderado, a través de estudios técnicos pertinentes, deben ser enmarcado en adecuadas políticas para su protección y en esa línea va este proyecto”.
Dijo además que las olas son un elemento esencial del mar porque su presencia es un componente significativo, ícono del paisaje oceánico y literal. Forman parte de su valor y condición y a pesar de tener una existencia efímera, son un elemento básico en el balance energético marino y planetario.
FUNDACION ROMPIENTE
Además de los legisladores de la Comisión, participaron -de forma telemática- por la Fundación Rompiente sus representantes, Manuela Barros, Ramón Navarro, Francisco Gana de Arica, Juan Butazzoni y Patricio Catalán quienes valoraron la iniciativa parlamentaria, al mismo tiempo que destacaron la urgente necesidad de que se apruebe y sea ley considerando que las olas de alta calidad aumentan la actividad económica en el área adyacente de 5 km.
Esto asciende a USD$18-22 MM por ola por año en los 50 km circundantes, o a USD$48.000 MM a nivel mundial. Las olas surfeables contribuyen alrededor de USD$50 billones a la economía global, cada año, según plantea el estudio de la Universidad de Oxford.