Tras la recuperación de dos Subametralladoras Ingram M-10 rescatas por la PDI y el OS-7 en operativos antinarcóticos, las que habían sido robadas al ejército, se realizaron los peritajes respectivos en el Laboratorio de Criminalística de la PDI por el Perito Armero Artificiero.
El peritaje, se basó en su estado de conservación, operatividad y funcionamiento, además se practicó una prueba de funcionamiento de vainillas y proyectiles, cuyos resultados son consultados en la base de datos Institucionales IBIS, (Sistema de Identificación Balístico), lo que permite correlacionar delitos que hayan sido cometidos con estas armas en otras oportunidades, en cualquier parte de nuestro país.
Este armamento de alto poder fue sustraído desde el Regimiento Rancagua hace unos meses atrás. El hecho fue denunciado por el ejército, tras lo cual la fiscalía inició una investigación, quedando aún armamento por recuperar, siendo lo más preocupante que las subametralladoras fueron rescatadas de manos de narcos locales, por lo que se baraja la hipótesis que existan involucrados desde el interior de la institución castrense.
